La Provincia de Chile
En 1593 llegaron a Chile desde el Perú los primeros jesuitas a trabajar como misioneros. Partieron en el barco San Francisco Javier desde el Callao el 9 de febrero. Eran apenas 8: los sacerdotes Luis de Estrella, Luis de Valdivia, Hernando de Aguilera, Gabriel de la Vega y Baltasar de Piñas; junto a los hermanos coadjutores Miguel Teleña y Fabián Martínez. Luego Juan de Olivares, que se hallaba en Potosí, se unió al grupo llegando en otro barco. Aguilera y Olivares habían nacido en Chile y conocían el idioma mapudungun. Arribaron a La Serena el 12 de marzo y desde allí llegaron por tierra a Santiago el 12 de abril de 1593.
En 1612 sucede un desafortunado conflicto en la ya convulsionada zona de Arauco, donde el P. Luis de Valdivia luchaba por facilitar un nuevo trato que permitiera mayor paz y justicia para el pueblo mapuche. Mueren trágicamente de manos del cacique Ancanamún no sólo los jesuitas Martín de Aranda, Horacio Vecchi y Diego de Montalbán, sino también los caciques Utablame, Tereulipe, Coñuemanque, Caniumanque y Calbuñamcu, quienes murieron junto a ellos el 14 de diciembre en el sector de Elicura.
En 1627 se abrió el noviciado en Bucalemu. Además de los trabajos en la ciudad de Santiago, otras residencias y misiones se establecieron en Arauco, Valdivia, Concepción, Valparaíso, Chillán, Quillota, Copiapó y Mendoza. Los jesuitas se emplearon fuertemente en la defensa de los indígenas y en la educación. Fundaron además varias Casas de Ejercicios.
La Provincia fue erigida oficialmente recién en 1683 y fue fecunda en vocaciones. Destacan en esta época los padres Luis de Valdivia (1560-1642), Diego de Rosales (1601-1677) y Alonso de Ovalle (1603-1651). Así también realizaron grandes aportes teológicos y humanos los padres Manuel Lacunza (1731-1801) y Juan Ignacio Molina (1740-1829), que terminaron sus días en el exilio. En el momento de la expulsión de los jesuitas (1767) la Provincia contaba con 360 miembros.
En 1843 regresaron a Chile, en calidad de misioneros, a trabajar en Santiago. Eran ocho nuevamente. Ya en el año 1856 se abre el Colegio San Ignacio y en 1859 se vuelve a abrir el noviciado jesuita.
A principios del siglo XX, los cambios ocurridos en el país provocaron la orientación de los trabajos hacia el sector social, al mismo tiempo que aumentaban las vocaciones nativas y se fundaba la Viceprovincia en 1937, hasta que fue erigida como Provincia en Enero de 1958. Entre los jesuitas que han marcado la presencia de la Compañía en Chile el siglo pasado se encuentran los padres Fernando Vives (1871-1935), Gustavo Le Paige (1903-1980) y ciertamente Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1980).
Nuestro Plan Apostólico
En Chile existen muchas fronteras que cuestionan, preocupan y confunden. Tres son las fronteras a las cuales nos sentimos llamados a dar respuesta desde nuestra identidad y colaborando con otros, al servicio de la Iglesia.
Durante el período 2011 – 2020, queremos enfocar nuestro trabajo apostólico en torno a estas tres prioridades transversales, realizables en cualquier misión encomendada. Si deseas conocer más, descarga el documento completo acá.
Inclusión
Tomar partido y acompañar a las personas que viven hoy en las fronteras de la exclusión, en particular a los migrantes y mapuches, marginados urbanos y trabajadores en precariedad laboral, para aportar a la transformación de las causas que generan esta situación, mediante la inserción, la reflexión y la incidencia.
Jóvenes
La formación afectiva, intelectual, espiritual, política y social de los jóvenes, para participar responsablemente en la renovación de la Iglesia y la transformación de la sociedad según el proyecto de Dios.
Colaboración
Una mayor colaboración entre nosotros y nuestras obras, una creciente y novedosa forma de colaboración con el laicado, y un fortalecimiento del “sentir en y con la Iglesia”, en nuestra profunda conversión hacia una comunidad más fiel al Evangelio y al servicio de una sociedad más justa y solidaria, como expresión concreta de nuestro anhelo de colaboración con Dios.
Obras y sectores apostólicos
Los jesuitas desarrollan su misión en variadas instituciones sociales, educativas, pastorales y de espiritualidad, entre otras. Para conocer más detalles, visita el sitio web de los jesuitas en Chile.