Cristobal Fones SJ: «Los jóvenes son el presente de la Iglesia»

Hace un par de semanas comenzamos a abordar la entrevista que Cristobal Fones dio en Uruguay sumergiéndonos en su etapa en el Noviciado y la comparación que hacía con los jóvenes de la actualidad.

En esa oportunidad, les dejamos el fragmento en que habla sobre el futuro de la iglesia y el rol que deben jugar los jóvenes.

Rol de los jóvenes: Los jóvenes son el futuro de la Iglesia, pero mucho más importante que eso, son el presente de la Iglesia, así como lo son los niños, los adultos mayores y nosotros los adultos. Hoy día hay como una especie de híper sacralidad de la juventud que no les hace muy bien. Los jóvenes son maravillosos, pero no son más maravillosos que los adultos o que los niños o que los ancianos.

La juventud: La cultura en la que vivimos exacerba la juventud como el peak de la vida y creo que eso les hace daño a los jóvenes porque tienen todavía mucho que aprender, que conocer. No son el peak, son una etapa muy linda e importante.

Cambio de paradigma en la Iglesia: Es el tiempo de la experiencia religiosa. La gente no va a llegar a las comunidades pidiendo la catequesis para los sacramentos, sino que va a llegar pidiendo mística, porque estamos agotados, porque todo se comercializa, porque todo es desechable y el ser humano necesita valor, necesita cosas que le aporten sentido.

¿Qué debe ofrecer la Iglesia?: La labor de la Iglesia no va a consistir tanto en ser atractiva para atraer a los jóvenes y mantenerlos en la Iglesia, sino que la Iglesia tiene que centrarse en lo que puede ofrecer y lo que no ofrece el mundo que es profundidad, silencio, escucha, tratar al otro con dignidad. Son cosas básicas, no instrumentalizar al otro como un objeto de consumo.

La importancia de las experiencias: No somos una ONG más que está buscando adeptos, somos justamente discípulos de Jesús que entregó la vida y queremos hacerlo a su modo. Es por esas claves que le Iglesia del futuro va a tener que armarse un poco más en torno a experiencias que en torno a procesos catequéticos formales.

Estructura parroquial: No soy profeta ni nada por el estilo, pero creo que la estructura parroquial puede sufrir varias modificaciones. Es decir, de aquí a 10 años es impensable un párroco o una parroquia, porque no van a haber suficientes sacerdotes. Las unidades pastorales o pequeñas comunidades cristianas tienen que estar lideradas todas por bautizados laicos y el sacerdote o la consagrada o consagrado será alguien misionero itinerante que pasará animando estas comunidades, aportando lo que haya podido aprender, pero no va a estar fundado en su expertiz, porque su expertiz va a tener que ser de cada bautizado o de cada familia.

Rol de los sacerdotes: Ciertamente, nosotros deberíamos pasar a ser lo que siempre debimos haber sido, que es más bien un anexo, un apoyo, y no más bien los que vamos remando en primera fila. Algo de eso se tiene que reestructurar. Obviamente que no los clérigos ni los laicos hemos sido formados para esa nueva Iglesia que nos viene encima, pero vamos a reaccionar juntos también en este proceso.