Diáspora SJ: Innsbruck – Hernán Rojas SJ

A tres años de haber llegado a Austria, Hernán Rojas SJ nos relata sus días de trabajo en la tesis doctoral, la riqueza de la interprovincialidad y un paseo a Trento.

La semana pasada cumplí tres años en Innsbruck. La monotonía de la vida cotidiana es, entre otras cosas, lo que permite ir avanzando lentamente en el trabajo de la tesis. Es un lujo tener un tiempo así para estudiar y aprender. Ahora, eso no lo hace menos monótono, así que cuesta tener algo nuevo que contar. En todo caso, don Rolando Salinas, profesor de Filosofía de muchas generaciones de jesuitas, nos advertía siempre que no había que andar buscando siempre “cosas nuevas”.

Pequeño resumen de lo de siempre: vivo en un sexto piso con otros dos jesuitas que trabajan en la parroquia universitaria. Colaboro un poco ahí, pero estoy dedicado fundamentalmente al trabajo en la tesis (este semestre tengo un solo ramo). Al lado viven seis estudiantes, que tienen un programa tipo “comunidad de vida”. Tenemos reunión con ellos cada lunes y hay algunas otras actividades durante el año.

Aunque vivimos en este departamento, tenemos harto contacto con la comunidad más grande de los jesuitas en Innsbruck (Jesuitenkolleg): típica comunidad de profesores y estudiantes de posgrado, aunque también hay compañeros con otras misiones. En el grupo de los estudiantes somos trece, la mayoría haciendo doctorados en teología (sistemática, fundamental, bíblica, moral) o filosofía. En el grupo hay dos polacos, tres indios, cuatro africanos (Kenia, Uganda, Nigeria, Congo), un español, un colombiano, dos alemanes y un chileno.

El grupo es bien agradable, creo que se ha ido haciendo cada vez mejor, tal vez también porque nos conocemos un poco más. Todas las semanas tenemos una misa juntos el viernes y cada dos semanas uno cocina por turnos y cena después de la misa. Mi doctorado es en teología sistemática. Tiene un tema (vocación) y un autor (Karl Rahner). Donde se intersectan el tema y el autor, ahí está mi tesis. Me da la impresión de que va lento, pero que, con todo, avanza. En este momento al menos, no me siento perdido con el tema o el rumbo, pero sí veo que falta harto por hacer.

Un par de cosas fuera de la rutina. Estuve 12 semanas con yeso en la mano izquierda (soy zurdo) y ahora recién terminando con la terapia de rehabilitación (¡casi dos meses!). De a poco estoy volviendo a hacer algo de deporte. En marzo hicimos un paseo con un compañero jesuita de Uganda a Trento. Muy bonito, visitamos cuanta iglesia pillamos, museo, pizza, he- lado, etc. La ciudad tiene también su gracia para los jesuitas, no sólo por los compañeros teólogos del Concilio (ver foto: Plaza Diego Laínez y Catedral de Trento), sino también por Mateo Ricci, el Padre Kino y el Hermano Andrea Pozzo, todos nacidos en esa región de Italia (Trentino).