La vocación y el discernimiento
La vocación es una invitación por parte de Dios y una escucha y respuesta particular por parte del ser humano. La vocación no es un mero proyecto de vida, sino una consagración que compromete tanto al sujeto que discierne como a la comunidad del Reino. En concreto, la vocación se expresa en la elección de estados de vida religiosa o laical. El proceso por el cual descubrimos este llamado es el discernimiento vocacional.
¿Cómo sé que Dios me llama a ser sacerdote? ¿Qué debo hacer para reconocer la llamada de Dios? A continuación te proponemos algunas pistas que pueden ayudarte a clarificar tus deseos e intuiciones más profundas.
Aprender de otros
Afortunadamente, hay otros que ya han hecho este camino de discernimiento, y podemos aprender mucho de ellos. En nuestra sección HistoriActiva tenemos muchos videos e historias concretas de personas que han consagrado su vida al Reino.
Experiencia de Iglesia y vida comunitaria
La vida es para compartirla con otros “amigos en el Señor”, como se definían los primeros jesuitas. Será muy importante en tu discernimiento la experiencia de comunidad. Te invitamos a estar atento a las llamadas que Jesús te hace en el lugar donde haces Iglesia: puede ser en un grupo parroquial, en un movimiento cristiano, en la pastoral universitaria o en otras comunidades, donde junto con otros compartes la vida y la fe. Si no participas todavía en alguna comunidad, puedes consultar en la Red Juvenil Ignaciana para saber más detalles sobre cómo participar.
Voluntariado apostólico
El discernimiento para ser jesuita supone una afinidad y cercanía con la misión apostólica de Jesús. Por eso, es muy importante vivir experiencias de voluntariado y servicio, para conocer de cerca las dificultades y necesidades de las personas a las que Dios quiere acompañar e identificarse.
Como Jesús, también los jesuitas somos enviados a servir, particularmente en las fronteras de la exclusión. A lo largo de la vida esto puede expresarse de muchas formas, pero un verdadero discernimiento vocacional ha de estar anclado, inspirado y sostenido en un encuentro real con los que más sufren.
Te invitamos a vivir estas experiencias, ya sea en tu comunidad eclesial o en las obras de la Compañía que se dedican al apostolado social. Puedes conocer algunas de ellas en el sitio web de la Red Juvenil Ignaciana.
Acompañamiento espiritual
El camino del discernimiento vocacional no sólo es personal, sino que al mismo tiempo es comunitario. No podemos buscar y hallar la voluntad de Dios sin los otros. Confrontar con un hermano que va también en búsqueda y que se ha preparado para acompañar a otros en el camino es importante.
A diferencia de una conversación espiritual para un momento específico, el acompañamiento espiritual es una ayuda formal, periódica y estable dada por un cristiano (laico/a, sacerdote o consagrado/a) a otra persona para descubrir la presencia y acción de Dios en su vida: el encuentro con el Dios de Jesucristo.
Lo que buscamos es aprender a sentir y conocer los movimientos interiores que se van dando en la vida cotidiana, para acoger aquellos que nos permiten crecer en la relación con Dios y para hacernos lúcidos de aquellos que nos apartan de nuestros deseos más auténticos.
Puedes preguntar en tu comunidad eclesial o acercarte a los jesuitas para mayor información. Asimismo, una buena manera de conocer y experimentar el acompañamiento espiritual es asistir a los Ejercicios Espirituales.