La oración personal
Cultivar una relación personal y honda con el Señor es crucial para el descubrimiento de su voluntad. Te proponemos cultivar la práctica de la pausa ignaciana que detallamos a continuación.
Pausa Ignaciana
Dejo un momento para tranquilizar el corazón y me pongo lentamente en presencia del Señor
- Agradecer
Recorro este día y traigo a la memoria los sentimientos y experiencias vividas. Doy gracias a Dios por las personas con las que me he encontrado y por lo que he aprendido. Finalmente, agradezco al Señor por su amistad y cercanía en el día de hoy. - Pedir perdón y perdonar
Delante del Señor, pido perdón por mis faltas, omisiones y actitudes incoherentes. Por quedarme a mitad de camino y por aquellas personas que ofendí. Me dispongo a perdonar a quienes me han dañado.
Acojo el perdón que Jesús me regala. Agradezco al Señor por quererme y aceptarme tal cual soy, regalándome siempre su amistad y cercanía en el día de hoy. - Pedir la Gracia
Le pido a Dios que me ayude a reconocer lo que necesito, para así poder acoger su voluntad para el día siguiente, para más amar y servir, con lo que soy y lo que tengo. Termino ofreciendo mi vida con confianza diciendo:
Tomad Señor y Recibid…
Fuente: CVX Secundaria [Descargar imprimible]