Manifiesto de Vocación: Diego Salinas nSJ

Me apasionan las matemáticas. Es algo que nadie entiende, pero que empezó a tomar fuerza en la enseñanza media. Es un tema que te va moviendo, que te hace pensar y que te hace preguntarte cuestiones. Uno por medio de problemas matemáticos puede resolver problemas de la vida. Eso sí, estoy lejos de ser un tipo cuadrado, soy bien disperso en muchas cosas.

Estoy empezando a escribir partituras. La música es uno de los hobbies que he mantenido en el Noviciado, sobre todo con la guitarra. Hay planes para organizar un coro en donde estoy trabajando y para eso se necesitan las partituras. La música y las matemáticas se combinan mucho.

Soy hincha de Colo Colo. Mi papá, mis abuelos y mis tíos son de Deportes Concepción, pero yo me apasioné por Colo Colo. En un principio no sabía de la Copa Libertadores ni nada de eso, me acerqué por otras cosas. Me gustaba ir a ver los partidos y en mis tiempos más fanáticos viajaba a Chillán, Talcahuano y Santiago. También me gusta mucho jugar a la pelota.

Tuve una niñez muy sana. Vivía en un lugar sencillo de Concepción y tenía muy buenos amigos. Mi etapa del ingreso al colegio fue importante no solo por todo lo que aprendí, sino porque formé amistades que mantengo hasta el día de hoy. Hubo momentos de encuentro familiar muy importantes y volver a esos momentos es muy bonito.

La fe es la mayor herencia que me han dado mis padres. Ellos nunca fueron tanto de Iglesia, pero experimentaron una conversión cuando yo tenía cuatro años. Desde ahí para adelante, que ha sido toda mi vida, el tema de la fe ha sido muy importante.

Mis amigos apoyaron mi decisión de ser jesuita. Recuerdo mucho la conversación con un amigo que no cree en Dios. Se dio cuenta de mi pasión y me dijo “me alegro mucho, porque se nota que esto te llena. Admiro mucho que hayas descubierto tu vocación, porque yo estudié kinesiología y no he podido encontrar la mía”. Fue muy bonito. Igual, hubo gente de círculos más lejanos que me cuestionó, que me decía “por qué vas a ser cura teniendo tantas opciones, estudiando una carrera, teniendo polola”. Lo consideraban perder la vida.

Creo que lo que más escucho es Nano Stern. Cuando chico escuchaba mucha música folclórica y luego pasé a escuchar muchos grupos andinos. Hoy, además de Stern también he desarrollado mucho gusto por el jazz y particularmente por el jazz francés. Tengo un desorden musical.

Me gustan mucho las películas de comedia. En temas de cine lo que más me gusta es reírme. No tengo una película favorita, me gustan y disfruto de varias. También veo hartas de drama. Las que no puedo ver de ninguna manera son las de terror.

Cada día quiero ser más jesuita. El tema social y la pobreza me mueven mucho. También la migración y el rol del laico. La injusticia social es una materia amplia, pero que se focaliza en la salud, en la educación, en el rol de la mujer y en la pobreza. Son esas materias las que me mueven a investigar, a formarme, a poder tener una opinión contundente y generar cambios.

Hay que trabajar por la reinserción. Mucha gente que sale de la cárcel reincide, pero hay quienes quieren hacer las cosas bien y no se les da la oportunidad. La realidad carcelaria y el nivel de indignidad en que viven las personas es fatal.