Miguel Jesús sj: «La vocación religiosa es un medio para el fin que hemos sido creados, que es amar y servir»

A la hora señalada, Miguel Jesús sj atiende nuestro llamado por Skype para responder la “Entrevista de la Gente”. Nos contesta desde el Colegio San Ignacio de Concepción, donde ejerce como maestrillo desde enero del 2018. De pronto su característico pelo largo y su prominente barba, que durante el final de la conversación serán tema, aparecen en nuestra pantalla.

Miguel contestará cada una de las preguntas que nuestros seguidores de Instagram enviaron. Aconsejará a quienes buscan reconocer el llamado de Dios y discernir su vocación sacerdotal, abordará su relación con Jesús y también vislumbrará las señales de esperanza que asoman en medio de la crisis que vive la Iglesia.

1.- Dylan González (@dylanzote): ¿Cómo sé que es Dios quien me llama?

Es una pregunta difícil, yo diría que, según las reglas de San Ignacio, si esa idea o decisión le deja paz espiritual, tranquilidad y es una opción que él cree que va a sacar lo mejor de él y lo desafía a romper sus límites, probablemente es una moción de Dios.  

2.- Luis Fernando (@romeroalvarez.neofefe): ¿Observas algún signo de esperanza en esta crisis de la Iglesia? ¿Cuál(es)?

Es un tema en el que soy medio crítico, pero la primera señal de esperanza es que estamos conciencia de lo que hemos hecho mal, que la Iglesia ha producido daño con rigideces teológicas, con estructuras de poder que finalmente ahogan a la persona y que no representan el modo que Jesús quiere para nosotros. La otra señal es que hay gente que quiere que esto cambie, sobre todo laicos, jóvenes o adultos, que están convencidos de que para tener una fe más sana también hay que transformar el cómo hacemos Iglesia. Las veces en que personas de Conce me han criticado o me han hecho ver que estoy reproduciendo malos modos de Iglesia, es algo que me da esperanza.

3.- Arath Arias (@a_rias132): ¿Por qué decidiste iniciar tu formación jesuita?

Fue un discernimiento espiritual, para mí la pregunta por la vocación y por la vocación jesuita nació en medio de los Ejercicios Espirituales, eso es súper claro. Yo estaba en un proceso vital bien bisagra. Llevaba más tres años estudiando derecho, llevaba como 3 años pololeando, era dirigente de la universidad. Y en entre futuros posibles como abogado, como en el mundo político y como pareja de alguien, me pregunté qué es lo que realmente quiero hacer. Y ahí apareció la vocación religiosa como un modo de vida deseable. Yo solo quería ser bueno y dar la vida como Jesús. Quería construir un mundo justo y Jesús me fue mostrando un modo posible de hacerlo, más allá de mi carrera.

4.- Germán Ramírez (@germanram08): “¿Cómo vive un maestrillo en diferencia de los escolares y los que ya han sido ordenados?

Respecto de las otras etapas de formación está la diferencia de que uno vive en una casa apostólica. Se deja la casa de estudiantes, con su respectivo ritmo y estructura. Por primera vez desde que se entra a la Compañía, uno se dedica al trabajo apostólico y deja de estudiar. Además, pasas de vivir en una casa con mucha gente, a casas con 3 o 4 compañeros más, todos curas. Entonces, uno asume un ritmo de trabajo propio de los ordenados en la Compañía, pero sin ser cura, lo que también es particular. Me he adaptado bien, por lo menos para mí ha sido cómodo estar trabajando todo el tiempo, fueron muchos años de estudio.

5.- Cristián Viñales sj (@c.vinalessj): “¿Qué es Jesús en tu vida?

Jesús es una figura, una persona, que a mí me sedujo en un momento de mi vida. Porque me libró de la tristeza y la desesperanza. Para mí tiene la figura más como de un amigo, de un hermano, que de padre.  Para mí fue una figura que me sedujo espiritualmente, pero también en su modo de vida. Es alguien a quien he querido seguir y con quien establezco una relación que intento que sea afectiva. No es solo un modelo, sino que es alguien que yo creo que tiene una verdad. A mí lo que me hace entrar a la Compañía es seguir lo que Jesús es o fue en su vida pública. Es común que uno acuda a lo divido cuando no encuentra salida o explicación humana a lo que está viviendo, pero ser cristiano va más allá de eso, por eso intento salir de esa relación de auxilio y establecer un lazo más completo, amistoso. Jesús es liberación de los tristes y oprimidos.

6.- Benjamín (@Benja_curitano): ¿Qué me recomiendas para discernir mi vocación sacerdotal?

Lo primero que le diría  es hacer Ejercicios Espirituales. Lo otro es aclarar cuáles son tus otros deseos, de qué otras cosas tienes ganas, si al final discernimiento existe cuando hay más de una opción igual de buena. Esa es la gracia. Porque la vocación religiosa también es un medio para el fin que hemos sido creados, que es amar y servir, y para eso, dice San Ignacio, hay que elegir el mejor medio. No hay un modo ideal.   Cuando escucho cabros en esa situación, les digo ¿cuál es tu otro proyecto de vida? Alguien que no tiene otro proyecto como ser futbolista, ingeniero, cantante o lo que sea, si no tiene eso, tiene que revisarlo bien.

7.- Diana (@dianamaria8353): ¿Desde qué principios ejerces tu labor de ser maestrillo?

Primero desde el amor, el fondo es el amor. Para mí el servicio y el amor son los principios fundamentales. Pero como trabajador la responsabilidad significa trabajar como todos en el colegio. También humildad, que es necesaria cuando uno, sin quererlo, es puesto en una situación de poder. Transparencia, soy humano y me equivoco, tengo tristezas y dolores también. No soy perfecto, no soy superhéroe, no soy hábil en todo.

8.- Marcos Sepúlveda ¿En qué sostienes tu fe en estos tiempos?

A ver, si veo mi fe como la creencia de que Jesús existe y es bueno, para mí esa fe está firme. Ahora, si vemos la fe como la posibilidad de que Jesús se transparente en otros, yo creo que esa fe está tocada, porque uno llega a confiar menos en la gente y uno mismo se pone en tela de juicio. Mi confianza en el mundo, en la Iglesia a la que pertenezco se ha trastocado, por decirlo así. Y eso lo enfrento tratando de ser lúcido y viendo todo lo que ocurre a mi alrededor, cayendo en la cuenta de que ocurren muchas cosas buenas también, que hay gente que me muestra los frutos de lo que hacemos los cristianos y toda la humanidad. Hay que entender que aquí todo convive, el bien con el mal, los errores con las virtudes, todo convive. Y por eso, con todo el daño que hemos hecho también convive mucho amir y mucha belleza, que es lo que uno quiere prolongar. Eso es lo que sostiene mi fe. Eso me devuelve la esperanza y la fe en mujeres y hombres que quieren vivir su vida amando a otros, con justicia y verdad 

Anónima: ¿Tienes pensado en algún momento cortarte el pelo?

Cuando me empiece a quedar pelado (risas). Yo sé que hay gente que no está de acuerdo, que no le gusta, que cuestiona la poca formalidad, pero he recibido de las dos reacciones. Normalmente los jóvenes lo entienden mejor y los adultos un poco menos. Pero me he encontrado con adultos que lo entienden bien, que me dicen “oh, súper bueno que haya alguien distinto” y también me ha pasado, sobre todo en Conce, que hay jóvenes que no les gusta, que prefieren lo más tradicional. Obviamente en algún minuto me lo cuestioné, pero con los años caí en la cuenta de que uno no es para todo el mundo. Hay un tipo de personas con los que conecto bien y que no les molesta el pelo largo e incluso pueden verlo como algo positivo. El cómo me veo es un reflejo de lo que soy, de cómo me vivo. Asumí que lo que soy puede que no sea del gusto de todos, que no todo el mundo conecte con mi forma de ser jesuita. Hay amigos y compañeros jesuitas que me dicen que siempre me hago amigo de comunistas, gays y ateos.  Quizás sea porque conectan con mi forma. Si eso ayuda a que muchas personas, tradicionalmente alejadas de la iglesia y la fe se acerquen, se sientan cómodos, bien. Con eso me basta. Es demasiado pretencioso querer llegar a todos. Dios sabe a dónde enviar.