Pablo Walker sj: «Estamos hediondos a libros, pero es increíble como se activa la voluntad cuando uno es testigo de primera mano»
“Me estoy mal acostumbrando a ser puntual”, es lo primero que nos dice Pablo Walker sj al recibirnos en su despacho para responder La Entrevista de la Gente. Ha arribado cinco minutos antes de lo presupuestado y con su característica sonrisa nos invita a pasar.
Es difícil definir si el lugar donde conversaremos es una oficina o un taller de arte. En definitiva, es las dos cosas, y nos faltará tiempo para ver todas las obras artísticas que nos rodearán durante media hora. Con esa misma versatilidad, este jesuita que lleva 32 años en la Compañía, siete de ellos como capellán del Hogar de Cristo, entrará y saldrá de temáticas sensibles sin titubeos ni auto-censuras.
Las dudas que tuvo al ingresar a la Compañía, la crisis de la Iglesia, sus errores y aprendizajes, son parte de lo nos contará con una franqueza inexpugnable.
1.- Gabriel Fuentes (@gpovea): ¿En qué sustentas hoy tu vocación?
En la presencia de Jesús vivo, en lo cotidiano. Cuando recuerdo que él está ahora en esta conversación me desenredo, me tonifico, me activo, me pongo más valiente, más franco.
2.- Isma c.v (@islocaval): ¿Cuál fue su mayor entusiasmo para ser sacerdote?
La libertad de Jesús. Un compañero jesuita, Pedro Trigo, dice «la insobornable libertad”, esa mezcla entre ternura y rebeldía, eso lo encuentro fascinante y en algún minuto dije “ya, yo quiero ser así”. Y después dije, con un poquito de orgullo “no sé si me dé el cuero, no sé si pueda ser así, pero al menos yo quiero estar cerca de eso».
3.- Javier Cifuentes (@joven_javier): ¿Cómo ha ido cambiando su imagen (y representación) de Jesús a través de los años?
Hay algo que ha permanecido muy neto. Cuando yo entré a la Compañía lo primero que pedí fue como enamorarme, lo pedí mucho, enamorarme de su persona, así como hombre. A mí me gustan las mujeres, pero era una cierta fascinación con él y con su manera de vivir, su pueblo… y eso se ha mantenido intacto. Lo que ha cambiado es que ha ido apareciendo la dimensión del conflicto en Jesús. El conflicto interno, los conflictos que tiene dentro de su propio corazón, porque Jesús también experimentó tentaciones, apegos, renuncias. Y también el conflicto externo de entrar en controversia con el status quo de aquel tiempo y de este tiempo.
4.- Cristian Olavarría (@cristianasimismo): ¿Qué cambios debería hacer la Compañía para estos tiempos que vive la Iglesia?
Uno que es el mismo cambio de siempre que es liberar la libertad para poder encarnar las coordenadas de Jesús, la manera de relacionarse con su papá, la manera de relacionarse con sus contemporáneos, eso es muy teórico. Más en lo práctico, como Compañía seguimos en deuda con el Concilio Vaticano II. No bastó declararlo como “Fe y Justicia”, sino que necesitamos hacernos pueblo de Dios, en particular creo que eso pasa por una relación con el laicado como auténticos pares, dedicar todo nuestro esfuerzo a activar su propio sacerdocio, profecía y señorío frente al desorden imperante.
5.- Karim Sosa: ¿Cómo fuiste capaz de renunciar a la comodidad y al placer?
Tras 32 años como jesuita he re-descubierto la importancia del placer y la comodidad para que sea humanizadora, para que no sea clandestina, para que sea inclusiva. Una buena siesta, dibujar, ver una mujer bella, un paisaje, subir un cerro, comerme un pernil. Pero en un principio, sobre todo cuando uno se decide al todo o nada, a saltar al Huascar, a decir síganme compañeros y no te sigue nadie, porque esa es la verdad, hay un gran cri cri, lo que me animó en ese momento fue un “contigo, dale, si es contigo, dale”. Eso en momentos de depresión, que me vienen- a veces levantarse en la mañana es un acto heroico- pero “contigo, dame las pilas, contigo, dale, lo hacemos. Sin ti jamás”.
6.- Carmen Luz Güemes : En este tiempo de crisis eclesial, de cuestionamiento del sacerdocio frente a los abusos y doble vida de los clérigos, incluso de tus compañeros jesuitas, ¿qué examen haces frente a tu vocación y su ejercicios, para seguir siendo y dando testimonio renovado del evangelio y del amor de Dios, en medio de la tempestad y de la oscuridad que vivimos como Iglesia?
Hay algo muy concreto. Yo tiendo a ser «bien pensado» y en algún momento hubo laicos y jesuitas “mal pensados” que empezaron a levantar la voz por situaciones abusivas y yo dije “ah, que mal pensados”. Y ahora, honestamente tengo que decir que ellos tenían razón y que hay un cómodo “buenismo” como de mirar al cielo, poner los ojos con cara de santurrón, que es poco valiente, poco parecido a Jesús, para mirar cara a cara a las personas que han sufrido daño porque quienes teniendo poder nos hemos dedicado a conservarlo de distintas maneras en esta institución.
7 .- Cristian González (@ccgonzaleztapia): ¿Estabas 100% seguro cuando ingresaste a la Compañía de Jesús? ¿Por qué?
No, no, por ningún motivo. Estaba lleno de dudas. Tenía la sensación de que iba a durar muy poco, que me iba enamorar de la que vendía los diarios en la esquina, eso es muy honesto. Las noches de los sábados, cuando volvía del apostolado, pasaba por casas donde había tremendo carrete y estaban mis pares pasándolo el descueve, joteando una niña, pololeando. Ahí el corazón se me hacía challa.
8 y 9.- Alex Mejia (@alexmg81) y Ernesto (@ernestopics): ¿Qué cosas duelen dejar de lado para seguir a Cristo como jesuita?
La intimidad sexual en pareja, sí. También algo como de mi tiempo para mí, elegir con quien vivir, el hacer mis cosas. O sea históricamente, no solamente al inicio, sino que posteriormente me ha costado el estar expuesto a que mi agenda la lleven otros. He experimentado un placer como equivalente a un crucero por el caribe el tener cinco minutos tranquilo, sentado, delante del señor, en la capilla o dibujando. Es como “no lo puedo creer”, un bálsamo.
10.- Jasna Villalobos: ¿Cómo haces para mantener tu vida de oración, y de intimidad con el Señor?
A mí me ayuda mucho una oración explícita en lugares informales. Yo rezo en el wáter, en la ducha, en la ducha me surge el primer «bendito sea Dios» más genuino del día. Pero para que eso ocurra necesito momentos más formales, preparados, no solo aprovechando un viaje en micro, sino como reservado en agenda, la eucaristía. La eucaristía se me está haciendo cada vez más inspiradora.
11.- Equipo Kairos (@equipokairos): ¿Cómo logran los jesuitas desarrollar el sentido de acogida en sus comunidades que impacten para bien a las generaciones de hoy?
A mí me admira ver a muchos jesuitas muy acogedores. Yo no me siento a mí mismo muy acogedor. Si estoy cansado me cuesta, me pongo cascarrabias. Me parece que un orden de vida, un estilo de vida donde uno vive de lo que Dios le permite vivir con alegría y no vivir con pretensiones, así como heroicas, como prometeicas, permite a uno estar para el otro. Cuando estoy, estoy, sino estoy muy ausente, muy nervioso y estresado preparando otra cosa. Eso ayuda. La casa chica, la vida de barrio.
12.- Domingo Ovalle: ¿Dónde crees que se nos perdió Jesús en la Iglesia Católica?
Jesús se mete por la rendija permanentemente en todas partes y también en esta comunidad que explícitamente busca recordarlo y actualizarlo. O sea, igual hay cariño en repetir durante miles de años las mismas palabras de Jesús. Si tú estás enamorado de tu mujer y tu mujer te dijo “yo siempre estaré contigo” y tú repites todos los días “yo siempre estaré contigo” significa que la quieres, no es pura apariencia, pura hipocresía. Hay una presencia, un anhelo, pero quizás desvirtuamos el mensaje de Jesús en sentido de conservar y controlar así la vida que supuestamente mi encuentro con Jesús provoca, tratando de anticiparla, inducirla, supervisarla, excluyendo a los que supuestamente no la viven. Ahí es cuando empezamos a hacer exactamente lo contrario de lo que nos enseñó Jesús.
13.- René Muñoz ¿Qué espera de la clase política de hoy en día?
Les deseo la insobornable libertad para hacer un continuo examen de conciencia. ¿Lo que estoy diciendo es verdad? Si no es toda la verdad, ¿por qué no es toda la verdad? ¿Por qué no puedo decir toda la verdad? ¿A quién protege o a quién daña decir toda la verdad? Y después una proximidad cotidiana de calle, de micro, con la vida de los que sufren el escarnio y el secuestro, la expoliación de sus derechos cotidianos. Porque estamos hediondos a libros, a informes, a power points, a estadísticas, pero es increíble cómo se activa la voluntad y como la inteligencia se vuelve lúcida cuando uno es testigo de primera mano. A todos nos falta, sacerdotes y políticos, la experiencia directa de escucha de las víctimas no solo sexuales… económicas, morales, políticas.
14.- Eli Valmon: ¿Por qué no te conformaste con ser artista plástico, sino además agregaste ser sacerdote jesuita?
Es que fue al revés. Por mucho que sea crítico de mi familia, una cosa muy linda de la Compañía es el querer honestamente que las personas amen en libertad y en verdad. Entonces cuando yo postulo uno de los requisitos fue “te aceptamos con la condición de que entres con tus marionetas de hilo”. Yo hacía marionetas articuladas, tenía siete. Y para mí fue toda una parábola, de decir necesitamos que entres con tus locuras, independiente que después tus locuras te cobren caro, que te dejen la escoba. Entonces la Compañía permitió hacer un discernimiento de sinceramiento de lo que Dios me había dado que significó después estudiar artes visuales.
15.- Bárbara Azócar: ¿Cuál es su opinión respecto a lo que pasa en este momento en la Iglesia Católica?
Tengo un diagnóstico, parcial, pero honesto. Sufrimos de una frivolidad o superficialidad. Nuestra relación con Jesús vivo y con su mensaje que nos ha llevado a gestionar lo que creemos que sabemos de Jesús –porque sabemos poquito- dejándonos cooptar por ciertas compulsiones a conservar y acrecentar la relevancia social, la preminencia del sacerdote en un espacio público. Entonces vivimos para conservar, para defendernos, confundiendo entonces cristiandad con Reino de Dios, confundiendo la palabra de Dios con la palabra del sacerdote. El clericalismo es una forma eclesial del clientelismo, el mismo clientelismo que le enrostramos a los políticos. El camino que tenemos que recorrer pasa por una brújula y la brújula es una confianza en Dios que nos permita perder poder y así relacionarnos de par en par con los bautizados y con todo ser humano que busca la justicia, aprender juntos de las víctimas de todo tipo y una urgente incorporación de la mujer.
16.- Rosa Araya: Respecto a la vocación y el servicio, ¿qué le dirías a los jóvenes de hoy que se están formando como profesionales?
Lo primero, trataría de escucharlos. Ellos tienen una sed de Dios, de lo sagrado, dicho con palabras que no son las mías. Entonces yo necesitaría como alfabetizarme para escucharlos. Pero no sería tampoco una escucha neutra, reconozco que sería una escucha intencionada y en mi caso trataría de ver cómo está presente en ese cabro que es católico, o de otra religión, rico o pobre, la huella digital de quien lo creó, que es Dios, que puso en él un deseo de que no dé lo mismo lo que él haga con su vida.
17.- Silvia Guerman: ¿Como podemos recuperar a los católicos que se han alejado de la Iglesia?
Tenemos que escuchar mucho. No es que hayamos nacido criticones o que todos sean unos amargados, sino que esta crisis ha desatado una sinceridad que tenemos que escuchar muy seriamente. Hay que descubrir dónde está el espíritu hablando en creyentes y no creyentes para una Iglesia que sirva para el bien común de país. Para re-encantar es indispensable incorporar a las personas en los diagnósticos y en las realizaciones, no que sean simples ejecutores de mis decisiones.
18.- Majo Centurión: (@majo_centurionpy): ¿Con qué acciones construimos el reino de Dios aquí en la tierra?
Yo creo que el Reino de Dios en la tierra es, primeramente, un acontecimiento de liberación interior. No podemos solucionar nada afuera que no nos hayamos dado la pega de tratar de solucionar internamente. Entonces el Reino de los Cielos comienza con un encuentro con una persona que desenreda, ilumina, sana y desencadena liberación, decisiones, inercia. Salir de mentiras, de auto-engaños. Y esa persona se llama Jesús de Nazaret. Y eso desencadena tiempo, audacia, para arriesgar conversaciones difíciles, convocatorias, participación en grupos de presión política, de denuncia, de generación de conocimiento.