DiásporaSJ: San Miguel – Cristian Igor SJ
Ya son cinco las entregas de DiasporaSJ, y esta vez nos acompaña Cristian Igor SJ en donde nos cuenta como ha sido su experiencia «al otro lado de la cordillera».
Actualmente me encuentro en Argentina. Después de terminar el Noviciado y haber realizado los votos del Bienio fui enviado a estudiar al Colegio Máximo de San Miguel, en Buenos Aires. Llevo casi tres meses al otro lado de la cordillera y desde el primer momento me he sentido muy bien acogido en el país, la provincia y la comunidad. ¡Mucho mejor de lo que pensaba en verdad! Creo que en esto me ayudó mucho el Encuentro de Novicios del año pasado en Córdoba, donde tuve una primera aproximación a lo que vivo ahora.
En la comunidad somos 22 jesuitas, entre estudiantes de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile, además de los formadores: Jorge Black, Rafael Stratta (estudió teología en Chile), Daniel Muiño (hizo su Tercera Probación en Calera de Tango), y José Javier Aizpún, un padre mayor de origen español (Pamplona, Provincia de Navarra) que posee una vasta trayectoria de Compañía.
Siendo tantos en casa, en general, existe un buen ambiente y es una verdadera experiencia de diversidad cultural, donde felizmente no hay problemas de idioma… jaja.
A pesar de la distancia geográfica, me siento más cerca de mi familia y amigos, ya que por lo menos puedo estar conectado a través de Internet y las redes sociales. Con respecto a la vida académica, estoy en lo que se llama “Juniorado”, que consiste principalmente en el estudio de Humanidades. Al principio me sentía como en los primeros años de universidad, sin embargo, hoy diría que estoy disfrutando de este tiempo de estudios clásicos que, además de lo intelectual, me ayuda a conectar espiritualmente. Confío también que hoy con la madurez de los años puedo aprovechar mejor estos estudios.
Los fines de semana asisto a la Capilla San Alonso Rodríguez de la Parroquia Patriarca San José, cuyo párroco es Rafael Velasco (jesuita que dio los EE.EE. a la Provincia el 2016). Me gusta mucho ir, porque me hace aterrizar los estudios y reconocer la presencia de Dios en las personas del barrio, quienes han sido tremendamente cariñosas conmigo. Acompañando el Voluntariado “Cura Brochero” y al grupo de jóvenes del Mej, además de otras tantas labores que nos repartimos con Manuel Rodríguez (compañero apostólico paraguayo).
He conocido gente linda y nunca falta el mate que acá es tan comunitario como la eucaristía misma.
En verdad, me siento muy cómodo y contento, y me despierta mucha ilusión todo lo nuevo de esta etapa de vida en la Compañía.
(DiásporaSJ Nro. 44 – 26 de mayo de 2017)