¿Qué rol jugamos los católicos? por Miguel Jesús Pedreros sj

¿Qué rol debemos jugar los católicos en los grandes procesos políticos y sociales que vive Chile? ¿Qué podemos aportar? 

Miguel Jesús Pedreros SJ

Respecto al proceso político actual en Chile, el primer deber de un cristiano es ejercer ciudadanía. Así de simple y sin heroísmos. Hay que dejar de lado el narcisismo de preguntarse cual es la gran tarea del católico, como si nuestra presencia fuera indispensable.  Las primeras comunidades cristianas entendieron que ser ciudadano, que respetar las leyes, pero denunciarlas cuando son injustas, es una forma de aportar desde el poder terrenal, al cumplimiento de la voluntad de Dios.

¿Me preguntas que hay que hacer? Primero, involúcrese en el tema, mire a su alrededor y tome conciencia de su vida y de quienes lo rodean. Entienda los deseos y necesidades de su entorno y las propias. Discierna, tome posición y vote. Si en medio, quiere hacer campaña por alguna de esas opciones, hágalo de buena manera.

Sin duda, el criterio debe ser el buen vivir. Hay que recordar que la promesa de Yahvé a Moisés es entrar a una tierra de la que mana leche y miel, es decir, un lugar, un país en donde todos tienen un lugar y todos pueden tener una buena vida. Y si no pueden tenerla por si solos, la comunidad se preocupa de ayudarle a conseguir esos medios. Por eso el antiguo testamento esta lleno de normas de protección para niños, viudas, pobres y extranjeros, porque la comunidad debe hacerse cargo.

Por otro lado, las bienaventuranzas dicen “felices los que trabajan por la paz” en tiempo presente. Y sabemos que esa paz tiene que ver con la justicia, como decían los profetas. En otras palabras, el involucramiento político es una tarea del cristiano, porque es una de las herramientas para que se cumpla la voluntad de Dios. Esta tarea es mucho mas que adherir a un partido político, es trabajar por la justicia y por la paz, es aportar en la misma dirección que Jesús, que hizo amistad con prostitutas, extranjeros, fariseos, pecadores y publicanos. Jesús se acerco a todos los grupos sociales marginados y etiquetados negativamente, ya sea por juicio moral o por considerarlos poco importantes.

Por eso nuestro criterio es la fraternidad, la justicia, la inclusión y la diversidad. Es la protección del que más necesita, pero también la construcción conjunta de un buen vivir, sin heroísmos ni iluminados, sino todos juntos, como el pueblo que camina por el desierto. Todos juntos trabajando para que los poderosos no opriman a los mas débiles, luchando por la igualdad en la diversidad, por la justicia y la reparación de los que han sufrido daño, incluido todo el daño que la misma iglesia ha provocado.