Ubiratan Costa sj: “La Compañía no puede existir sin la presencia de los hermanos”
Ubiratán de Oliveira Costa sj, conocido por sus cercanos como “Bira”, fue uno de los dos jesuitas brasileños que participaron en el encuentro de delegados de pastoral juvenil y vocacional de América Latina y el Caribe, realizado en Chile la semana pasada.
Con una personalidad contagiosa, muy propia de su tierra, Bira aprovechó su paso por nuestro país para dejar un mensaje: “no descuidemos la vocación de los hermanos”.
Él, como tantos otros en Brasil, optó por ese camino tras ingresar a la Compañía de Jesús. “La vocación de ser jesuita es única, eso está claro, pero luego se puede elegir seguir como hermano o como sacerdote y ahí ninguno es más jesuita que el otro”, dice en perfecto español.
La vocación de hermanos es para quienes se interesan en el servicio a los demás desde la vida comunitaria y el celibato, poniendo sus habilidades o profesiones al servicio de la misión, pero que no identifican un llamado particular al sacerdocio.
Le pedimos a Bira que nos cuente más sobre la vocación de los hermanos y esto fue lo que nos dijo.
Es cierto que muchas veces se asocia la vocación jesuita al sacerdocio. Desde tu perspectiva, ¿cuál es el rol distintivo de los hermanos?
La vocación en la Compañía es una invitación a una vocación religiosa y entonces la vocación de hermano está en la vida religiosa. Los votos de pobreza, castidad, obediencia. Y la esencia de esa vida religiosa está en los hermanos. Nuestra función dentro de nuestras comunidades es despertar la vida religiosa de quienes optaron por el camino del sacerdocio. Porque si quisieran solamente ser curas, que sean diocesanos. La vida religiosa está en el compartir, en la vida comunitaria.
¿Qué te llevó a tomar la decisión de ser hermano?
Lo primero, es que en Brasil tenemos muchos referentes hermanos. Y cuando los miraba, me fui encantando con su modo de ser, con su cercanía. Y eso se concretizó cuando hice los Ejercicios Espirituales, particularmente en la segunda semana, al contemplar la vida de Jesucristo. Yo miraba a Jesús, su forma de ser, y lo asociaba a la vocación de hermano. Entonces, me dije que, si quería ser un seguidor de Jesús, entonces tendría que ser como hermano, porque así veía la vocación jesuita en Él.
¿Te gustaría ver más hermanos en la provincia chilena?
¡Por supuesto que sí!
Hoy, yo podría decir que la Compañía no puede existir sin la presencia de los
hermanos. Porque es cierto que fue fundada por San Ignacio como una orden de
curas, pero cuatro años después la demanda del Espíritu sopló y señaló que era
importante que acojamos laicos que se consagren a Dios. Eso se firma y San
Ignacio decide que la presencia de los hermanos es importante en la Compañía.