El noviciado jesuita


1El noviciado es la primera etapa de nuestra formación jesuita. Durante dos años, el novicio conoce la Compañía más profundamente y aprende su “modo de proceder” a través de variadas experiencias apostólicas y de oración. En el día a día, el jesuita descubre el valor de la vida comunitaria y la importancia de los estudios para servir mejor en la misión. Es una etapa fundante para el jesuita, donde la relación con Dios se convierte en el pilar de su vida.

Dentro de los dos años de duración de esta etapa, hay cuatro experiencias clave:

  • Mes de Ejercicios Espirituales: se trata de vivir la experiencia de Ignacio tal como éste la vivió: retirarse en silencio de todo lo contingente para discernir los signos de Dios en la vida. Al menos, todo jesuita vive el mes de ejercicios dos veces en su vida: en el noviciado y en la Tercera Probación
  • Mes de Hospital: es una experiencia profunda de encuentro con el dolor y situaciones difíciles en la vida humana, desde una actitud de servicio humilde, acompañamiento y escucha.
  • Mes de Inserción Comunitaria: su objetivo es participar en la vida cotidiana de una comunidad jesuita en misión. Se conoce de primera mano los desafíos apostólicos y la conjugación entre trabajo, vida comunitaria y oración personal.
  • Mes de Peregrinación: con un compañero y sin dinero, se busca vivir en carne propia la realidad de experimentar a Cristo pobre y necesitado de todo, peregrinando y confiando sólo en la Providencia Divina.

Al culminar la etapa, el novicio consagra su vida haciendo los votos perpetuos.

Si deseas saber más, te recomendamos leer el testimonio de Javier Hernández, SJ sobre esta etapa de formación: La experiencia del Noviciado: Del deseo de Dios (y de los propios) para la vida.