Felipe Vicuña, nuevo novicio: «Confío en que la situación actual nos hará volver a centrar la mirada en Cristo»

Felipe Vicuña está feliz. Hace algunos días le informaron que fue aceptado para ingresar al Noviciado Jesuita el domingo 10 de marzo de este 2019.

Con esa gran noticia sobre la mesa, este ingeniero comercial de 26 años hace un alto en sus vacaciones para conversar con Vocaciones Jesuitas sobre sus expectativas, sus sueños y sobre el camino que lo ha llevado hasta aquí.


¿Cómo se gestó tu vínculo con la Compañía de Jesús? ¿Cómo la conociste?
Llevaba un buen tiempo con una inquietud vocacional profunda, sentía internamente que algo me faltaba. Yo no conocía mucho la Compañía, pero me atraía profundamente su manera de vivir la espiritualidad, su comprensión de Jesús. Con esas inquietudes un amigo seminarista me contactó con estudiante jesuita, Cristóbal Emilfork sj, quien me recomendó conocer la Compañía mediante los ejercicios espirituales. Viví esa experiencia a comienzos del 2017 y ahí empecé un proceso de discernimiento.


Y tras ese acercamiento, ¿cómo maduró esta decisión de entrar a la Compañía de Jesús?
Es fruto de un proceso de discernimiento en donde uno va a aprendiendo a reconocer las mociones y movimientos internos, y con ello va internalizando la propia vocación. Es importante ir conociéndose mejor, abrazar tu historia con tus luces y sombras. Los ejercicios espirituales son un tremendo regalo para ir creciendo en ello.

¿Por qué hoy? ¿Por qué ingresar a una Iglesia que está herida?
La verdad que no es una respuesta fácil, yo también me hago la pregunta todos los días. Mi decisión se basa en una profunda confianza en Jesús y en el Espíritu Santo. Este camino tiene mucho de misterio, es sobretodo gracia de Dios. Confío en que la situación actual nos hará volver a centrar la mirada en Cristo, a ser más humilde como Iglesia, a aprender a pedir perdón de forma sincera, a aprender a dialogar y escuchar.


¿Cuáles son los sueños con los que ingresas? ¿Con qué Iglesia sueñas y cómo buscas aportar para que se haga realidad? 
Sueño con una Iglesia con profundo espíritu laical, que abra espacios de encuentro y que sea capaz de escuchar y dialogar, que forme verdaderas comunidades. Una Iglesia más transparente y horizontal. Una Iglesia inserta en el mundo de hoy, que sea capaz de responder a los desafíos actuales con una mirada de justicia y misericordia. Sueño con una Iglesia con gran espíritu de discernimiento.

Cada uno de nosotros puede aportar con un granito de arena para que ese sueño de Iglesia se haga realidad. Hay que aportar desde el trabajo diario y silencioso, con mirada atenta e intención sincera por escuchar al otro.

¿Qué rol deben jugar los jóvenes como tú en una eventual renovación de la Iglesia Católica? 
Debemos ser capaces de construir una Iglesia que dialoga, que sea capaz de escuchar y de abrirse a nuevas realidades. Una Iglesia que no se encierra en sí misma, sino que sale al encuentro del otro. Es importante abrir espacios de participación para los laicos y las mujeres principalmente. Tal como ha enfatizado el Papa Francisco, el corazón de la Iglesia debe estar en los laicos y no en el clero.

¿Qué debe aportar la Compañía de Jesús en el panorama actual de la Iglesia? ¿Qué responsabilidad tiene? 
San Ignacio, el Padre Arrupe y el Padre Hurtado fueron muy lucidos para comprender los signos de los tiempos, para entregar respuestas a los desafíos de sus épocas. Para ello es vital insertarse en el mundo, tener espíritu de escucha y acogida, comprender la dimensión humana de cada persona. Creo que ese es el camino frente al panorama actual de la Iglesia, y la Compañía tiene mucho que aportar en ello…